(Torre del Lago)
21 septiembre 1908
Gracias por tus queridas cartas. Aquí la vida sigue igual. Civinini se ha marchado y ahora me estoy trabajando en serio. Recibí una carta de Caruso en la que me contaba, entre otras cosas, que Ada* se ha ido con un solo vestido (pobre mujer, dirás) y sin un centavo. Ahora es libre y está contento de poder dedicarse a sus niños, a quien espera darles pronto una buena madre. Escribe desde Londres. Adiós, mi amiga más querida, y gracias por tu encantadora visita, que trajo un hermoso rayo de sol a mi vida.
* Se refiere a Ada Giachetti, primera esposa de Enrico Caruso.
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