martes, 25 de agosto de 2009

Sólo de pensarlo, mi mal humor desaparece


(Torre del Lago)

12 julio 1908

Esos dos libretistas son una peste. Uno de ellos se ha lesionado y el otro no se entera. Y necesito que corrijan el primer acto, que lo acorten y lo rehagan. Pero ya basta. ¿Serías tan amable de enviarme la dirección de Caruso? Quiero escribirle, sobre todo porque no lo hice por la muerte de su padre. Adiós, querida. Estoy muy decepcionado porque no te veré este verano, pero espero que, después de Venecia, vengas a Torre. Elvira estará encantada. ¿Y yo? Sólo de pensarlo, mi mal humor desaparece.

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